Entradas

El límite es uno mismo

Imagen
Capítulo XI El límite es uno mismo En la vida cumplimos diariamente una cantidad inconcreta de retos que afrontamos con distinta suerte. El estado de ánimo, la situación del entorno, los condicionantes interno y externos, influyen en la forma que encaramos esos retos. Una simple decisión puede conllevar consecuencias inesperadas, tanto positivas como negativas, pero como en el resto de cosas de la vida, la actitud ante el comienzo de cualquier proyecto o reto es fundamental para el resultado de la conclusión del mismo, pero como siempre el ser humano tiende a exagerar las metas, cometiendo inconscientemente un acto de autoliquidación del mismo proyecto. Las limitaciones son excusas que nos ponemos para no actuar con decisión, esto es una realidad, pero las metas inalcanzables son el primer acto de limitación impuesta ya que nos supone una presión que sin el conocimiento implícito de nuestras capacidades, inevitablemente, nos sumirá en la frustración y el desánimo. Acla

Frustración, el pozo del averno emocional

Imagen
Capítulo X Frustración, el pozo del averno emocional En varios de los capítulos anteriores habréis notado mi interés por las emociones, esto sencillamente, es debido a que el control o la falta de control de las emociones, bajo mi entender, es clave para poder progresar en la vida ya sea a nivel personal, como a nivel profesional. Los paralelismos que hay entre nuestras emociones y rumbo de nuestra vida es evidente, puesto que según sean estas, podremos afrontar de una forma u otra, la misma situación provocando, casi sin ninguna duda, un resultado totalmente distinto. Hablamos en el capítulo II de los pecados de la mente, las tres “d” que hacían desfallecer paulatinamente nuestro rendimiento emocional, desde la desidia o el desánimo, que atacan nuestra capacidad de avanzar de una forma coherente, hasta la más grabe, la depresión, que puede llegar a convertirse en una enfermedad mental si no se ataja a tiempo. En el capítulo VIII, vimos la necesidad de entrenar la autoes

Empatía, una forma para la comprensión del medio en el que vivimos

Imagen
Capítulo IX Empatía, una forma para la comprensión del medio en el que vivimos Normalmente, sería una lógica aplastante, el compartir sentimientos con nuestros iguales, todas las razas de seres vivos lo hacen y, aún más la nuestra, siendo la más racional debería ser más un instinto que una reacción. Por el contrario, debido a las diferencias de, razas, idiomas, culturas y estilos de vida, la empatía es cada vez más, un reflejo de un instante, que no una constante en nuestro comportamiento cotidiano. Esto sucede porque, el grueso de la sociedad ha perdido, sin darse cuenta, capacidad de decisión sobre la manera de organizar, distribuir y gestionar su tiempo, porque lo primero que hay que entender, es que el valor más grande que tenemos en nuestra vida, es nuestro tiempo y la perdida sobre el control del mismo nos hace vulnerables a la sumisión de quien lo controla, provocando que dediquemos menos recursos a interesarnos por los demás y cayendo en la facilida

Autoestima, la base de nuestra personalidad

Imagen
Capítulo VIII Autoestima, la base de nuestra personalidad Nuestra personalidad está formada por un cúmulo de circunstancias y situaciones que moldean poco a poco nuestra forma de ser, nuestro carácter y nuestra forma de usar la lógica o de pensar. Desde rasgos genéticos, pasando por vivencias infantiles, traumas, modelo familiar, conciliación con nuestros iguales, todo eso irá sumando, a lo largo de nuestra vida, para conformar nuestra personalidad, haciéndonos variarla más de lo que en verdad pensamos, durante el transcurso de la misma. Los grandes pilares donde se sustenta y empieza a construirse nuestro yo son, sin ninguna duda, la educación y la enseñanza, dos piezas claves para poder ir añadiendo pisos a la edificación continua, que es la personalidad de cada ser humano. La educación, aunque hoy en día este desvirtuado este concepto, debe tener el ancla más fuerte en la familia, y digo que esta desvirtuado este concepto, porque muchos pensamos que la

Cuando el desconocimiento se convierte en miedo y este, en odio

Imagen
Capítulo VII. Cuando el desconocimiento se convierte en miedo y este, en odio. Desde que el raciocinio existe, nos intriga lo desconocido e intentamos ponerle “cara y ojos” a todo lo que nos va surgiendo en esta vida, ya sean problemas científicos o cualquier vicisitud que se nos plantee. En seres totalmente racionales, el desconocimiento, tan solo, significa la aventura del principio del conocimiento, cosa totalmente lógica, puesto que siempre se nos van planteando retos que según el paso del tiempo se van considerando algo superado, esos retos que hoy vemos como algo cotidiano, hace tan solo unas décadas, eran algo totalmente inexplorado o simplemente se escapaba al conocimiento de cualquier mortal. La ciencia ficción, los relatos futuristas que, aunque se acuño con este nombre en 1929 por Hugo Gernsback, hay un fiel estudio que data ya en la antigüedad, relatos de historias fantásticas que bailaban en el hilo de lo pseudoracional, previendo posibles futuros no demasia

El Poder del silencio

Imagen
Capítulo VI El poder del silencio. En cada momento de nuestro día a día leemos, escuchamos, mucha información, opiniones, debates, disputas, llenas de palabras, de frases que, demasiadas veces, son inconexas y nos difieren a una realidad inducida, o a unas contradicciones que no sabemos gestionar. La gran mayoría de veces el ser humano entra con demasiada facilidad en el acto fácil e inequívocamente erróneo, de la palabrería y la charlatanería, sumiéndonos en la falsa sensación que cuanto más verborrea, más imagen de conocimiento damos a los demás. Es casi podría decir un mal inherente a la condición humana, parece que cuantas más palabras salen por nuestra boca más razonada esta nuestra postura. Pero si lo pensamos bien, el conocimiento se obtiene del silencio, de nuestro silencio para ofrecer la atención necesaria a la exposición de los conocimientos aportados por terceros, ya que el conocimiento se compone por la acumulación de las experiencias que tenemos en la

El conocimiento del "yo" como individuo

Imagen
Capítulo V El conocimiento del “yo” como individuo. Una de las particularidades del ser humano es la apreciación de si mismo como algo parte de un todo, como unidad de una extensión, como insignificancia. Aunque el ego de muchos de estos seres sea un sistema propio de mediad, o sea, que tienen un ego muy alto, el desconocimiento que tenemos de nosotros mismos nos lleva a necesitar formar parte de algo para poder subsistir. Los grupos, congregaciones, comunidades o como mejor se les quiera llamar, nos generar una seguridad y una estabilidad que necesitamos desde el mismo momento del nacimiento, el calor del hogar, de la familia, la necesidad del tacto y la aprobación constante, y la comunicación con nuestros congéneres, sentimiento que perdura durante nuestra vida. En el capítulo III ya hablaba de la necesidad de la meditación y, aunque compartir nuestros sentimientos, nuestros momentos y nuestra vida con otras personas, sea de lo más necesario, necesitamos t

La sublevación de la mente a las presiones de la sociedad

Imagen
Capítulo IV. La sublevación de la mente ante las presiones de la sociedad. En una sociedad tecnocrática, con modelos de convivencia forzados, que tan solo nos proponen una gestión parcial de nuestra vida, ya que el resto esta designada a seguir unos patrones de comportamiento y conducta estipulados por un sistema de jerarquías construido sobre cimientos de explotación y productividad y que tan solo proporcionan riqueza y estabilidad a una minoría que domina los criterios y los movimientos del resto de la sociedad, no nos es difícil el apreciar una tendencia a no usar nuestras propias iniciativas sino a dejarnos llevar por tendencias que, como no, están diseñadas para que las minorías de alto nivel jerárquico acaben sacando partido de todo lo que hacemos. Todo lo que vemos en televisión, todas las búsquedas en cualquier buscador de la web, cada paso que damos por la calle, todo esto esta controlado para incitarnos ha realizar ciertas acciones de manera sutil y que se

El desuso de la meditación

Imagen
Capítulo III El desuso de la meditación. La meditación, a lo largo de los siglos, siempre nos ha servido para ordenar el caos controlado de nuestro cerebro ya que, cada día, consciente o inconscientemente recibimos cantidades de información capaces de llenar un disco duro, información que a su vez contiene datos servibles o inservibles y que sin ser sabedores de ello queda almacenada en algún lugar recóndito de nuestro universo cerebral. Desde la injerencia aplastante de las nuevas tecnologías en nuestra vida cotidiana, dándonos herramientas para almacenar casi todo tipo de datos, estamos dejando apartados esos momentos de pausa mental para archivar de manera controlada y colocada, todo lo que nos acontece diariamente pretendiendo que los dispositivos electrónicos sean el recurso, como si a ellos les encomendemos la tarea de retener todo lo sucedido. Pero, nada más lejos de la realidad, si intentásemos guardar un día nuestro en un dispositivo móvil, por ejemplo, necesit