El límite es uno mismo
Capítulo XI
El
límite es uno mismo
En
la vida cumplimos diariamente una cantidad inconcreta de retos que
afrontamos con distinta suerte. El estado de ánimo, la situación
del entorno, los condicionantes interno y externos, influyen en la
forma que encaramos esos retos. Una simple decisión puede conllevar
consecuencias inesperadas, tanto positivas como negativas, pero como
en el resto de cosas de la vida, la actitud ante el comienzo de
cualquier proyecto o reto es fundamental para el resultado de la
conclusión del mismo, pero como siempre el ser humano tiende a
exagerar las metas, cometiendo inconscientemente un acto de
autoliquidación del mismo proyecto. Las limitaciones son excusas que
nos ponemos para no actuar con decisión, esto es una realidad, pero
las metas inalcanzables son el primer acto de limitación impuesta ya
que nos supone una presión que sin el conocimiento implícito de
nuestras capacidades, inevitablemente, nos sumirá en la frustración
y el desánimo.
Aclarando
este epílogo, cuando encaramos cualquier tipo de proyecto o de reto,
siempre debemos tener claros los medios con los que disponemos, en
que situaciones podemos tener una ventaja natural y en cuales
estaremos más limitados por nuestras carencias, limitados en cierto
modo, ya que siempre hay una solución para cualquier escollo que se
nos presente. La planificación y el desarrollo de cualquier proyecto
será la base de su posible resultado, todas las expectativas creadas
deberían ser asumibles y sumando metas de una forma lineal y
consecuente, todo esto evita posibles tropiezos de gran calado y en
consecuencia desengaños que nos pueden hacer abandonar. Cuando nos
decidimos a abordar dicho proyecto la determinación y la decisión
tienen que se claras, nunca se nos regalará nada, nunca nada será
fácil y rápido, todo llevará mucho esfuerzo y trabajo, pero si nos
organizamos, tenemos fijación clara en los escalafones previos al
resultado final y los vamos asumiendo de uno en uno como si de metas
finales se tratasen, ganaremos mucho en confianza y en autoestima,
dos valores necesarios para el buen funcionamiento de cualquier
empresa en la que nos embarquemos. Rodearnos de un entorno positivo
que pueda aportarnos puntos de vista distintos, siempre atendiendo
sus consejos pero no dejando de tener claro nuestro objetivo,
variándolo constantemente según lo que nos vayan diciendo unos y
otros, sino recogiendo las mejores propuestas para moldear nuestra
idea inicial, nos confinará un soporte que, sin modificar
ostensiblemente el boceto de lo que queremos, si le irá dando
refuerzo en situaciones donde podría ser menos fiable.
Ya
sea una empresa, un proyecto personal, un reto deportivo o cualquier
otra cosa, el planteamiento, marcar objetivos asumibles y continuos
hasta llegar al objetivo final, rodearse de un entorno adecuado y
solvente y usar los consejos y propuestas de los demás sin
desarbolar nuestra base del proyecto, serán siempre un gran
refuerzo, pero del resultado final todo esto es tan solo la punta del
iceberg, puesto que todo el cuerpo de dicho iceberg lo tenemos que
poner nosotros. Más allá de la idea, más allá del proyecto, lo
que determina todo resultado está en nuestra forma de ser, en
nuestra forma de actuar y de comprender las cosas, en nuestra forma
de reaccionar ante todos los contratiempos y eso, solo está en
nuestras manos, en nuestra actitud y aptitud. Ser optimista no basta
para encarar una empresa importante, la constancia, la perseverancia
y la persistencia son indispensables para poder dar cierta solvencia
a cualquier proyecto mínimamente complejo. El trabajo constante, los
cambios necesarios en las planificaciones de trabajo, los ajustes de
los objetivos para asumir metas constantes, nos ayudan a un avance
lógico. Las fuerzas bien medidas que le dediquemos son la puntilla
de la parte del comportamiento, usar en cada momento lo que debamos
usar, son imprescindibles para no ahogar las expectativas.
Pero
todo esto no significa nada y no sirve de nada sin, la justa higiene
mental, tener fuerza de voluntad, sangre fría para las decisiones y
sobre todo autoconfianza. El conocernos bien a nosotros mismos es un
gran paso para tener una senda de confianza. Reforzarnos
positivamente ante las situaciones no deseadas, afrontar
objetivamente los problemas buscando las perspectivas adecuadas y no
anticipando desenlaces antes de tener todos los datos necesarios. No
por planificar perfectamente todos los aspectos vamos a conseguir
resultados perfectos, no vamos a obtener el cien por cien de todo lo
planeado y los resultados finales no serán los planeados en un
principio, obviamente esto puede afectar a nuestra capacidad de
estimulo, pero es ahí donde entra nuestra entereza mental, donde
nuestra sugestión, es fundamental para poder guiar los pasos
necesarios para conseguirlo. Tener una aptitud fuerte y una actitud
positiva, cuidando todos los aspectos negativos que puedan surgir,
para poder solventar sin ningún tipo de estrés, nos aportarán la
seguridad que necesitamos para hacer más sencillo todo los procesos.
Al
final, todo se reduce a la capacidad de abstracción de las
complejidades, afrontarlas con mucha seriedad pero sin aplicarnos más
presión de la necesaria. La meditación, la paciencia de esperar el
momento preciso, la motivación previa a cualquier movimiento, no
marcar límites sino metas, los límites son nuestros propios miedos,
nuestras piedras en nuestro camino, no hay más fantasmas que los que
creamos nosotros mismos, no hay más enemigos que los que nosotros
permitimos que entrenen en nuestro círculo y puedan interceder en
los objetivos. Por lo cual los culpables de nuestros fracasos somos,
normalmente, nosotros mismos, nos boicoteamos constantemente y nos
desanimamos, nos convertimos en nuestros propios verdugos maniatando,
sin saberlo, todos los posibles movimientos de mejora para nuestros
proyectos.
Actitud
positiva, y no ser nuestros propios límites, proyectar las
sensaciones y comunicarnos con quienes nos pueden ayudar, esto nos
asegura más facilidad en las decisiones y más seguridad en su
conclusión.
“Allá donde esté nuestra mente, ahí iremos, usemos la lógica, analicemos y tengamos determinación”.
ResponderEliminarHay que saber tomar la mejor decisión – tener claro el capital – planificarse – Ser entusiasta – dominar expectativas – poseer valor, habilidad y organización – marcar y visualizar metas – evaluar consejos – revisar y corregir constantemente - lograr objetivos – colmarse de fe – mucho esfuerzo y constancia – Ser práctico, lograr equilibrio y dominio. Ánimo y hacer las cosas bien.
Gracias por este comentario. Es edificante poder compartir pensamientos con la gente que "piensa", lo entrecomillo, porque el mero hecho de pensar está directamente supeditado a la existencia del ser humano, pero esa que gente que "piensa" lleva su mente un paso más allá del raciocinio básico y usted con esas pocas palabras ha resumido perfectamente lo que pretendía decir en este capítulo.
EliminarLe he de comentar, que no tengo muy claro desde donde ha accedido al blog, pero en mi página de Facebook https://www.facebook.com/divagacionesdeunpensador/, explicaba que este capítulo ha podido ser un poco caotico ya que, cuando lo escribí estaba hospitalizado por una lumbalgia y con una medicación muy fuerte. Siéndole sincero, no lo he leído después, tal como salió en ese momento de mi cabeza lo he publicado, ni una coma, ni un acento, por eso pido disculpas si puede contener incongruencias o erratas, pero también es parte de la muestra de que nuestro cerebro puede trabajar bajo cualquier sometimiento mientras nos lo propongamos.
Otra vez gracias por su enriquecedor comentario.