¿Usamos nuestra mente lo suficiente como para conservar lo aprendido?
“Discurrir es como
andar en bicicleta, cuanto más practicas mejor se te da y, aunque
nunca se olvide, la falta de uso hace que sea más complejo el
camino.”
La
maquinaria de nuestra mente, es una pieza de ingeniería bien
engrasada que, cuanto más se usa más se puede expandir. Tener la
capacidad de almacenar y utilizar conceptos en momentos específicos,
no es más que mantener en marcha el instinto y la necesidad de
aprender y usar lo aprendido, eso ayuda a focalizar la información
que esta en nuestro cerebro y a que no se disperse, porque
desaparecer, no desaparece, tan solo queda archivada de tal manera
que si no se usa correctamente y continuamente, se convierte en harto
complicada de encontrar.
Un
profesor mio nos ponía siempre una analogía, “el
cerebro es como un archivador, cuanto más lo usas, mejor archivados
están tanto conceptos, como información y más fácil resulta
encontrarlo, cuanto menos lo usas, más se dispersa la información
entre los estantes del archivador y más compleja es la tarea de
recordar.” Y
la realidad es que és así, la información que vamos recibiendo día
a día y que nos es útil, queda almacenada en los entresijos
neuronales de nuestra masa gris, si somos proclives a usar
diariamente nuestro ordenador central, aunque sea en cosas no
relacionadas con los recuerdos que podamos adquirir, esta tenderá a
colocarse y ordenar todo lo que almacenamos y eso significará que,
en un futuro cualquier información, por banal que sea, podrá ser
localizada con cierta celeridad.
Es
por eso, que usar juegos que hagan funcionar las partes del cerebro
que se usan para almacenar información, lóbulo
temporal, la corteza central y el hipocampo, hacen que cada uno de
estas partes del cerebro relacionadas con la memoria a corto, medio y
largo plazo, interaccionen entre ellas estimulando sus neuronas y,
así, reforzando la continuidad del recuerdo. Por eso, cuando
envejecemos y por ende, envejece nuestros cerebro, la zona menos
dañada, que suele representar la memoria a más largo plazo, es la
que más activa está, así nos podemos encontrar con una persona en
edad avanzada, que no recuerde lo que ha desayunado, pero en cambio,
sea capaz de describirte con una eficacia casi milimétrica, cosas
ocurridas en su infancia. Por eso la lectura, juegos
de palabras o numéricos, ayudan a conservar parte la memoria a medio
y corto plazo en estos casos.
Indiferentemente
de la edad, el movimiento neuronal en base
a la mente, es una herramienta indispensable para nuestro
conocimiento, para usar el que ya hemos adquirido o para poder
adquirir más y consolidarlo para convertirlo en un recuerdo
totalmente funcional.
En
resumen, usar nuestro cerebro es la mejor forma de conservarlo y de
que no caigan en el olvido los conocimientos adquiridos a lo largo de
nuestra vida.
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