¿Sabemos que es verdaderamente amar?
“Amar, es el deseo de
hacer feliz a una persona sin sentir la necesidad de ser
correspondido”
¿Qué
es amar? Probablemente a esta pregunta obtendríamos una gran cantidad de
respuestas, pero de esas respuestas, otro alto porcentaje,
respondiera que es un sentimiento compartido. Pero ¿en verdad es
así? Pues sencillamente, no, no por el mero hecho de que amar es
algo muy íntimo, tanto, que el que ama de verdad no piensa en si va
a ser o no ser reciproco, sino en que a la persona a la que ama nunca
le falte un motivo para ser feliz.
Como
casi todos los seres humanos, a veces confundimos el amor bilateral,
con amar. Todos comprendemos que hay una necesidad anímica de
sentirse querido, pero querer y ser querido, dista mucho de amar o de
amar y ser amado, sin embargo caemos casi siempre en ese equívoco,
lo que lleva muchas veces a, en caso de las parejas, unas dolorosas
rupturas, sobretodo, las que sufre la persona que si amaba de verdad
pero que, en su ingenuo error, pretendía un obligado reflejo de su
sentimiento en la otra persona. Muchos persiguen el “ya
cambiará cuando se de cuenta”,
otros, de una manera más altruista, se conforman con recoger las
migajas en su defensa a ultranza a un amor que no es más que un
cariño.
Cualquier
amor de verdad, duele, hace sufrir, se lucha, pero no por obtenerlo
de la otra persona o defenderlo de los terceros, sino porque, duele
cuando ves a esa persona cayendo en desengaños, te hace sufrir
cuando ves que no es feliz esté con quien esté y debes luchar para
que esa persona se sienta de verdad amada, sin la consecuente presión
de devolver ese amor. Siempre pongo el mismo ejemplo, porque creo que
es el mejor ejemplo de amor sin condiciones que es, el amor de una
madre. Aunque necesiten tanto como nosotros nuestras muestras de
cariño, no las esperan, pero siguen ofreciéndonos su amor a
raudales. En cada riña o advertencia, hay una muestra de amor
sufrido, del que les tiene en velo para proteger nuestra felicidad. Y
por último, aunque saben que un día alguien ocupará nuestro
corazón, relegándola a un más que posible segundo plano, son
inmensamente felices cuando encontramos un amor de verdad.
Si
en verdad os lo ponéis a pensar, todos deberíamos aprender de esa
forma de amar, de saber cuando podemos ser correspondidos y, en el
caso de que eso no sea posible, de no dejar de querer lo mejor para
esa persona y procurar su felicidad, ya bien sea, a base de consejos,
o en casos de parejas que no desean seguir con nosotros, sabiendo
abrir la mano para facilitar su vuelo hacia la búsqueda de su
felicidad. Porque
amar, no es decir te quiero o te amo cada día, sino saber cuando y
como podemos hacer la vida de quien amamos más feliz, sea nuestra
pareja, nuestros padres, nuestros hijos o, simplemente, un amigo de
los que de verdad se les puede llamar así.
Amar
no siempre es un camino de ida y vuelta, pero el día que encuentres
quien te lo corresponda, te darás cuenta que todas esas veces que
amaste sin ser correspondido, no fueron en vano, porque aprendiste a
ser mejor persona e hiciste feliz a mucha gente.
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