Verdad o mentira ¿Cual es más fácil de derrumbar?
“Quien de muchas
mentiras forja su vida, con una sola verdad cava su tumba.”
La
era en la que vivimos, con posibilidades de comunicación global, con
redes sociales en las que podemos mostrar casi todo de nuestras vidas
y con la virtualidad que nos ofrece el estar detrás de una pantalla,
ya sea de un dispositivo móvil o un ordenador, ha hecho que la
afición, que por otra parte existe desde que el hombre es hombre, de
falsear, modificar e incluso, inventar una personalidad, o un
personaje, del cual no nos asemejamos en nada, se convierta en un
déjà vu que se extiende y se repite continuamente en el mundo
cibernético.
Se
que la mentira es tan antigua como la misma humanidad, pero si te dan
medios casi infinitos para recrearte en ella, más proclive se vuelve
y también más extensa. Cada día nos enfrentamos a cientos, por no
decir miles de mentiras, unas son propias e inintencionadas, malas
pasadas que nos juega nuestra mente, otras son propias e
intencionadas, mentiras que creamos para tapar algún error, otras
son ajenas y de la misma índole y por último, las que son con
intención de hacer un daño, sean propias o ajenas. En todas, salvo
en las creadas para hacer daño, inventamos una falsa realidad para
convencer a otros que hicimos, no hicimos, somos o no somos, o sea
para maquillar algo, incluyendo en ellas las del subconsciente. Estas
mentiras, suelen acabarse ahí, un pequeño maquillaje para
convencer, aunque puedan acabar por ser descubiertas, las
consecuencias no suelen ir más allá de una reprimenda y poco más,
ya que la intencinalidad no conllevaba un agravio importante.
La
que se usan para dañar, son las que, en primer lugar, no tan solo no
pueden perpetrarse por cualquiera, porque necesitan una continuidad
en el tiempo y una coherencia con diversas personas, sino
que además deben irse implementando de otras mentiras para poder
sostener la base de ellas. Lo podemos comprobar a menudo en casos de,
estafas, timos o también, y por desgracia nuestra, en la política,
estas últimas, con tirar de hemeroteca basta para descubrir las
falsedades.
Con
todo esto, hay personas que hacen de la mentira su modo de vida, su
medio de trabajo, su forma de relacionarse con las personas, todo
esta basado sobre una forja bien asentada de mentiras, hasta en
algunos casos, con una meticulosidad impresionante. Son mentiras que
superan años, décadas, hasta el filtro más grande que hay, que es
la cantidad de personas, porque es muy difícil engañar a mucha
gente todo el tiempo. Pero cuando te ves involucrado en esta vorágine
de falsedad, cuando tu vida se apuntala en argucias y patrañas que,
como ya he comentado, en muchos casos cuesta años y años el hilar
esta tela de engaños,
una sola verdad, por pequeña que sea, supondrá el fin de todo el
entramado, pondrá todas las cartas boca arriba, dejando al
descubierto la mano que solo se sustentaba con faroles, propiciando
la herramienta perfecta para cavar nuestra propia tumba. Porque las
mentiras solo se sustentan con mentiras, las verdades se sustentan
por sí mismas.
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