La diferencia entre orden y caos, la marcan la seguridad de la primera y el desconocimiento de la segunda.




Estamos tan obsesionados con el orden, que somos incapaces de ver que el caos, es otro tipo de orden, el cual, se escapa a nuestro conocimiento.”



El control que ejercemos sobre nuestras vidas, es cada vez más exhaustivo, aun no teniendo para nada el control real sobre ellas, todo debe seguir un orden milimétrico, o eso al menos pretendemos. Basamos la razón, sobre un orden establecido, una sucesión de repeticiones precolocadas, para sentir cierta seguridad y tener la sensación de dicho control.
La gran paradoja del párrafo anterior, está justamente en el comienzo, si que nos sometemos a, unos horarios, unas normas, para mantener una estabilidad a la que le llamamos, orden. No se si somos conscientes o no, que dicho orden, en primer lugar no está bajo nuestro control y en segundo lugar es totalmente ficticio. La prueba de ello la tenemos en nuestras propias redes sociales, donde el supuesto orden se desmorona a cada instante, en donde la perspectiva de la vida real se pierde y comenzamos a ser un avatar de nosotros mismos, en la que un manso y buen samaritano, se convierte en un vociferante y grosero mal educado, donde somos capaces del mayor de los ridículos por un mísero “LIKE”. Pero pensar que las redes sociales son la excepción que confirman la regla, es caer en el groso error de darle la culpa al mensajero y no a quien nos manda el mensaje, o sea, esta vez la cosa no va de despotricar sobre el uso de las redes, porque detrás de las redes hay personas que son quienes quieren ser y no quienes aparentan en la vida real.
Las redes no son el único caso de perdida del orden en nuestra vida, cuando se bebe más de lo debido y, bajo mi punto de vista, o mi experiencia propia, se dice lo que se piensa dando la culpa al alcohol, digo por mi propia experiencia, porque nunca he bebido tanto como para no saber lo que decía, como lo decía y a quien se lo decía, por eso creo que es más una excusa mezclada con la desinhibición de la embriaguez, que un efecto directo de las bebidas espirituosas. Podría poner más ejemplos, pero al final el común denominador es el mismo, el miedo a romper el orden, el miedo al caos. Pero, ¿Qué es realmente el caos? Sinceramente, el caos es todo aquel tipo de orden que no esta preestablecido y del cual desconocemos su composición y las normas por las que se rige, tan simple y tan llano como esto, todo lo que se sale de los parámetros del orden establecido, se define como caos. Entonces, si lo pensamos detenidamente, en nuestra vida hay más caos que orden, porque por mucho que pongas el despertador dos horas antes para llegar al trabajo puntual, sabiendo que con una te basta porque vives a escasos cinco minutos, todo se puede torcer y deshacer ese orden para crear otro orden alternativo, al cual, le llamaremos caos, pero que al final sigue siendo una situación ordenada de la que no entendemos y en la cual no nos sabemos desenvolver.


Hasta en el desorden más caótico, si se quiere buscar, encontraremos un orden lógico para todas las cosas.




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