¿Que puedes ganar adelantando por el arcén en un atasco? Posiblemente no solo avanzar más rápido.




No subamos a la cima del éxito usando, como peldaños, el fracaso de los demás, sino con nuestro propio esfuerzo y superación. El éxito no se sustenta con una base débil.”



Hay muchas formas de conseguir nuestro propio éxito, también muchos y distintos tipos de éxitos, puesto que no todo reside en triunfar de forma económica y de celebridad, de hecho la vida misma se compone de pequeños éxitos entrelazados para ir construyendo otros de mayor envergadura. Como decía al principio, los caminos al éxito son diversos y muy dispares, pero la celeridad de nuestro día a día provoca buscar los atajos más propensos a su consecución más inmediata, aprovechando los tropiezos ajenos para poder subir peldaños en nuestro monte Olimpo personal.
Esta actitud cuasi depredadora provoca, que además de ir, literalmente, pisando cabezas, nos vayamos saltando escalones, cuestión que a medio o largo plazo, puede pasarnos factura de una forma tan cruel como la que hemos usado para alcanzar dicha meta. Si comparamos esta exposición con una competición de levantamiento de peso, viendo que nuestro rival a sucumbido al levantamiento de cierto peso, decidimos no competir en ese peso sino en el siguiente, para así, zanjar la competición y alzarnos con el primer lugar. Siguiendo con este supuesto, conseguimos dicho objetivo, cosa que nos da alas en próximos enfrentamientos, dándonos un resultado positivo, esto nos hace tener un éxito instantáneo, pero también está provocando que nuestro cuerpo se vaya resintiendo, ya que nos estamos saltando la escala de pesos para aventajar a nuestros rivales. Lo siguiente, quien ha competido en cualquier disciplina y ha visto al típico ejemplo anterior, que fuerza la situación para ganar ventaja, os será familiar, porque llega la lesión que acaba abruptamente con la carrera deportiva. Así pasamos del éxito instantáneo, al éxito momentáneo, un éxito que no se prolonga demasiado en el tiempo, porque no se ha basado en una preparación acorde con lo que luego hemos ido consiguiendo, ya que en el momento de la competición no hemos seguido con la preparación que teníamos, sino que hemos decidido saltarnos pasos para poder hacer fracasar, tanto física, como psicológicamente al rival.
Este símil, llevado a la vida diaria es aplicable a todos los aspectos y casi siempre con los mismos resultados, digo casi siempre, porque siempre hay que tiene la suerte de que nunca el abuso de la ventaja le devolverá a la casilla de salida, pero por norma general así es. No podemos basar nuestra vida tan solo en aprovechar los deslices de los demás para nuestro provecho, debemos dedicarnos a esforzarnos en mejorar, a superarnos día a día y a mentalizarnos en que nadie va a flaquear y nos dejará esa oportunidad franca, sino que tendremos que rebasarlo por méritos propios. Solo con esta filosofía de vida puedes asegurarte hacer lo máximo posible para conseguir tu éxito personal, sin depender de ningún factor externo que te facilite el camino, por una parte, esto te endulzará más el sabor de haber logrado dicho éxito y por otra parte, no habrá posibles grietas que debiliten la base del mismo, puesto que estará construido desde la solidez del esfuerzo y la superación.


Subir por las escaleras saltando los escalones de dos en dos, puede que te haga llegar más rápido arriba, pero también puede hacer que las bajes de un solo golpe.

Comentarios

Los visitantes se han interesado más por...

¿Es más o menos mesurable el acto dependiendo quien lo haga? O la hipocresía no deja ver la tragedia del Mediterráneo.

La importancia de tener una mente clara

Prólogo