No es de inteligentes, quitarte el frío quemado tu propia casa
"La superlatividad que
ostenta el ser humano, es inversamente proporcional al conocimiento
que tenemos de nosotros mismos. Cuanto más conocemos a
nuestra raza, menos inteligentes nos vemos."
Somos,
como seres vivos, la raza más prolifera en lo que concierne a
evolución. Nuestra capacidad de adaptación al medio, a los cambios
de sistemas de vida y a la integración de nuevos métodos de
sociedad, a provocado que en unos pocos milenios hayamos multiplicado
nuestra evolución de una forma que ninguna otra especia, que
conozcamos con certeza, haya podido conseguir.
La
superación ha sido el marcador constante en transcurso de nuestra
existencia, ese ímpetu por la mejora constante, nos ha llevado a un
punto que la tecnología esta a un nivel casi tan alto como el
nuestro. Pero toda esta vorágine de producción,
de industrialización y de la necesidad de mano de obra para mantener
y superar el ritmo de los avances ha provocado que la población
mundial en poco más de un siglo, haya pasado de los 1,65 Millones
(aprox.)
de
habitantes en el año 1900, a los 7,675 Millones (aprox.)
que
tenemos a fecha de 5 de enero de 2019. Si miramos al frente, el
panorama no es nada halagüeño,
ya que algunos estudios demográficos prevén unos 9,7 Millones en
2050 y casi 12 Millones en 2100. El impacto de este crecimiento
descontrolado de la población mundial ya se esta notando
visiblemente, islas de plástico de tamaños de países como Francia
y España juntos, emisiones de CO2
y
otros gases
de efecto invernadero a la atmósfera,
totalmente inasumibles para la capa de Ozono que nos protege de la
radiación solar, provocando la inevitable degradación de los
glaciares y el deshielo de los polos y
la subida de las temperaturas a nivel global.
También podemos añadir, la extracción de minerales que pueden ir
cambiando el eje de la tierra, el movimiento de masas de agua, como
son los gigantescos embalses en zonas de Asia, que provocan que la
estabilidad hidrológica del planeta se vea seriamente
afectada, así
como la eliminación de ecosistemas sostenibles, para la construcción
de ciudades que
puedan albergar
a la gran y creciente cantidad de habitantes de la tierra.
Mirando
todo el conjunto de acciones y repercusiones de la intervención
humana sobre su propio medio de vida, uno no puede hacer menos que
preguntarse, si esta interacción que tenemos con nuestro sistema, es
la de un ser de una inteligencia superior, o la de una especie
invasora que arrasa con los recursos del planeta hasta la total
aniquilación de todas las especies y, sin otro remedio viable, la
suya propia. Creyendo firmemente, que si no ponemos un remedio
pronto, la segunda aseveración será inevitablemente la correcta,
ningún ser con una inteligencia superlativa a los de su entorno,
acaba con su entorno para poder conservar su crecimiento, porque una
vez desmontado el ciclo de la vida, esta acaba por desaparecer con
toda seguridad
“Nuestra
necesidad de grandeza acaba cuando te das cuenta que no hay nadie
para quien exhibirla, ya que tu soberbia, ha acabado con quien
alimentaba tu ego y tu estómago.”
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