Inteligencia Artificial, solución o problema



Capítulo XXVI

Inteligencia Artificial, solución o problema

La injerencia inherente de las nuevas tecnologías en nuestro día a día, hace que los departamentos de I+D de las empresas de dispositivos móviles y accesorios relacionados o no, con ellos, entren en un vorágine de nuevos sistemas y productos, que hacen que una adquisición de un terminal o un producto de última generación, quede prácticamente obsoleto, al día siguiente de su compra. Desde hace ya unos meses, venimos oyendo incesantemente estas dos palabras que pueden cambiar nuestra forma de ver el mundo tal y como lo conocemos hoy en día “Inteligencia Artificial”, más allá del título de una película y de algo que se viene previendo desde hace mucho, pero que no se estaba dando, la inteligencia artificial es la capacidad, mediante complejos algoritmos, de aprendizaje de un ordenador, dispositivo móvil, robot, o lo que se os pueda ocurrir. Dicho así, no tendría que verse más que un avance esperado del campo de la ciencia robótica o de la industria de los aparatos tecnológicos, pero no es tan solo eso, estamos hablando de la capacidad de que una máquina, sea de la índole que sea, pueda ser capaz de ir adquiriendo conocimientos por sí misma sin necesidad de ningún tipo de actuación externa, como sea, una actualización de software.

En el corto plazo, la sensación que nos dará al IA es de comodidad, ya que la interacción de los aparatos que la posean con nosotros, será más rápida, fluida e intuitiva, llevándonos al punto de sentarnos delante del televisor, según la hora el tipo de estrés que note el interfaz y las opciones disponibles en los canales, nos elegirá la opción, que casi seguro, elegiríamos nosotros mismos, sin necesidad de preprogramar ningún tipo de parámetros anteriormente, tan solo, con la interacción normal, de la cual, dicho televisor va aprendiendo. Lo que en un principio solo se antoja ventajas, tiene vinculada en su interior, grandes y peligrosos inconvenientes, puesto que cada vez nos volveremos más previsibles para las máquinas, que puede ser una buena ayuda, pero también esa información circulará por la red en modo de comportamiento sociológico y económico, que no tengamos ninguna duda, las empresas, partidos políticos y otros entes interesados, usarán sin ningún tipo de reparo para controlarnos de forma pasiva, mediante anuncios pertinentes en las horas más precisas, campañas políticas microdirigidas, o sea, fabricadas in expreso, para cada individuo en particular.

Como en cada avance de las nuevas tecnologías, el demonio no se encuentra en la tecnología en si, sino en el uso de ellas y en los límites que se les propongan para su funcionamiento adecuado para preservar la intimidad y la seguridad de las personas. De seguro, la IA, ofrecerá grandes oportunidades a personas discapacitadas, personas mayores, tanto como al común de los mortales, de hecho, sin darnos cuenta ya lo están haciendo en cosas a las que no les damos ni la menor importancia, pero que ya nos sirve como motor de arranque con la convivencia de estas tecnologías. El simple hecho de encender tu móvil con la cara, no se si alguien ha intentado de cambiar de aspecto para ver si, el teléfono no le reconocía, yo sí, y son aspectos que cambian la longitud de la cara, como es dejarse una barba bastante larga, o raparse la cabeza, pero los algoritmos que buscan similitud, no se basan en ese tipo de cosas, sino en ciertos parámetros, que ni ganando o perdiendo mucho peso cambian, a no ser que te sometas a una cirugía estética lo suficientemente grande como para cambiar cierto número de ellos y que el terminal entre en duda. Yo, desde hace más de un año, tengo una tablet, que como comprenderéis, no daré marca, pero su arranque se basa en el reconocimiento facial, he cambiado todo lo que os he explicado antes y siempre me ha reconocido, con la última actualización de mi móvil también me ha pasado, hasta me reconoce con la cara hacia abajo, cosa que por motivos de la gravedad, cambia ciertas partes de la morfología facial, pero aún así se desbloquea. En este último dispositivo, he notado una manejabilidad más ágil en cuanto a ciertas aplicaciones, que antes no tenía, ni cuando se actualizó a esta última versión. Esto es lo bueno de esta novedosa tecnología del IA, pero ¿qué problemas puede causar?

En el apartado de contras, además de los ya mencionados, del control socioeconómico que pueden ejercer personas y/o empresas interesadas, esta el no poner un límite de aprendizaje. Hasta ahora, lo más complejo que conocemos es el cerebro humano, de hecho, usamos una ínfima parte de sus capacidades y sigue siendo asombroso lo que podemos hacer con el, pero si la IA se va convirtiendo en un ente que tome consciencia de sí misma, podemos vernos en el problema de que, un día no demasiado lejano, la IA pueda tomar el control de nuestras vidas. Seguro que muchos pensaréis, que he visto muchas películas de ciencia ficción, no me remito a pensamientos míos o a imaginaciones o elucubraciones de mi cosecha, grandes científicos son los que plantean esta posibilidad, que si lo pensamos bien, no es nada imposible. Hoy en día, casi todo está conectado a la red, si tenemos dispositivos que van aprendiendo a actuar y a decidir como lo haría un humano y además, le unimos a todo eso una capacidad infinita de conexiones entre esos dispositivos, más los ya nombrados algoritmos que permiten la mejora constante de la toma de decisiones, en algún momento la suma de todos los conocimientos adquiridos por millones de dispositivos darán por respuesta, la consciencia de un ente de inteligencia digital global, el cual tendrá conocimiento explicito, de todos nuestros hábitos, nuestras necesidades, nuestros gustos, pero también de nuestras debilidades y de la forma de subsistencia propia sin necesidad de depender de ese ser molesto que late, come, duerme, defeca y además se esta cargando el ecosistema en el que ese ente coexiste. No supongo una aniquilación del ser humano por la máquinas, como auguran los más alarmistas, pero sí un sometimiento, que poco a poco nos veamos arrastrados a la necesidad de dependencia de ese ente y, en consecuencia, de la perdida de control sobre él.

Posiblemente, tengan que pasar muchos años, para que esto ocurra, igual, los creadores de la IA tengan previstos parámetros máximos de aprendizaje, cosa que no veo posible, ya que no hay una sola línea de aprendizaje y caparlas todas, es prácticamente imposible, también debemos pensar en que la consciencia de la IA sea un poco más coherente que la nuestra y se dedique a dar soluciones a la coexistencia y no a dinamitar a sus creadores. Pero tenemos que tener todas las opciones sobre el tablero de juego, porque un peón mal movido acaba con un jaque al Rey y un derroque de su figura.

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