Lenguaje corporal, ¿nos puedes ser útil identificarlo?



Capítulo XXIII

Lenguaje corporal, ¿nos puedes ser útil identificarlo?

En el mundo se calculan que hay unas 7.000 lenguas y una cantidad indeterminada de dialectos, lo que hace que, aunque se pretenda catalogar el Inglés como idioma mundial por sus mas de mil quinientos millones de habitantes que hablan esa lengua, no es tarea fácil la comunicación entre personas de distintos países que usen distintas lenguas. El lenguaje, se ha usado a lo largo de la historia de muchas formas distintas, en pinturas, en jeroglíficos, escrita, hablada, pero unas están supeditadas a interpretación y otras, a los ya mencionados idiomas. Podríamos incluir, la danza o baile y la música, pero también nos encontramos con parte abstracta de su interpretación, porque no todos expresamos igual una pieza de música o una danza o baile. Otro tipo de lenguaje, más desconocido por la gran mayoría y que es innato en todo ser humano, es el lenguaje corporal, digo que es desconocido por la gran mayoría porque es totalmente inconsciente y la recepción también parte más del subconsciente que del consciente del receptor, por lo cual, en verdad no conocemos el lenguaje, sino que reaccionamos a él.

El lenguaje corporal, no conoce de idiomas, de razas, religiones o enseñanzas, puesto que son estímulos que nuestro cerebro envía, como ya he dicho antes, por la parte subconsciente de la memoria y suele provocar una alteración muscular, o reacción como sudoración, llanto, lo que llamamos, piel de gallina, etc, diseñada, en un principio, como situación de alerta o de atención para los que nos rodean, o están en aquel momento pendientes de nosotros. Claro está, que aunque arraigada en nuestro sistema cognitivo, el uso cada vez es más escueto y se reconocen, por el común de los mortales, las más básicas y evidentes, pero si hay personas que pueden leer ese lenguaje e interpretarlo de una forma muy precisa para así, saber en que situación se encuentra la otra persona. Muchos, de los denominados médiums o mentalístas, en verdad si tienen un don, aunque muchas veces no es el de ver el futuro, o adivinar que nos ha pasado sin conocernos. Ese don está relacionado con los micro estímulos y reacciones que tenemos a ciertas preguntas que nos formulan mientras, digamos, nos intentan conocer un poco más para saber nuestro caso. Está comprobado, que a ciertos estímulos, reaccionamos positiva o negativamente, pero todos de la misma forma, unos con más elocuencia, otros de una forma mas sutil, pero la reacción es la misma. A una mentira, a un momento de terror, a una pena, a una alegría, las reacciones instantáneas, no saben de nacionalidades, culturas, etc, y esos, a veces, micro movimientos, si son atentamente observados, nos pueden llevar a la conclusión del estado de esa persona en ese mismo instante.

Cada vez que entablamos conversación con otra persona, lanzamos miles de mensajes subliminales a través de nuestra gesticulación, nuestra posición corporal, nuestra mirada, etc, el gran problema que se ha ido produciendo con la evolución, es que cada vez, nos fijamos menos en ese tipo de mensajes, porque damos más importancia a la conversación en sí, además de haber cambiado nuestro rol, con la adquisición de la habilidad de crear armas de caza y después con el desarrollo posterior, de presa a depredador. Esto ha hecho que cada vez sea menos necesaria la interpretación del lenguaje corporal de nuestros congéneres, ya que no nos vemos en un continuo estado de indefensión, aunque si que es verdad que en ciertos estados de peligro, puede agudizarse temporalmente la comunicación a través del lenguaje corporal como método de supervivencia, pero es más una reacción subconsciente que no una intervención adrede de nuestros sentidos de comunicación.

La capacidad de entender el lenguaje corporal, y en el incluyo las expresiones faciales, puede darnos cierta ventaja en muchos momentos puntuales de nuestra vida, por ejemplo, en una entrevista de trabajo, cuando nos hacen según que tipo de preguntas sin un sentido específico para el puesto, el tipo de entonación de posición corporal, y los gestos en la mirada o de los músculos faciales encargados del movimiento de las cejas, nos puede dar una pista de que pretende el entrevistador que respondamos y en muchos casos, podemos estar tomando nosotros el dominio de la entrevista, en vez de ser el entrevistador el que lo tenga. Hay muchos indicadores que pueden ser usados para entender el lenguaje corporal y muchos significados a los que, cualquier persona sin ningún tipo de trastorno cognitivo o psicótico, reaccionará del mismo modo, como he mencionado con anterioridad, con más o menos sutileza. La morfopsicología, ciencia o pseudocientífica, según a quien preguntes, se dedica a leer, entender y explicar, todos los aspectos sobre las reacciones faciales a distintos estímulos asociados con situaciones diversas, mentir, recordar, ira, rabia, euforia contenida. Aunque algunos la hayan desvirtualizado, llevándola a un carácter adivinatorio, o de clasificación de distintos tipos de personas por la forma de la cara, como sean, psicópatas, violadores, asesinos, etc, si que es verdad que, hay diferentes estudios que determinan que a un tipo de situación concreta, nuestra respuesta instantánea en los distintos músculos de la cara, en nuestra mirada, en la dilatación de las pupilas o en la forma de evadir el contacto visual, es igual en todos los seres humanos, de hecho, el ejemplo que puse sobre la supuesta entrevista, no fue por casualidad ya que hay empresas que forman a sus selectores de personal para leer entre líneas las reacciones faciales del entrevistado. Se, y vuelvo a repetirlo, que para muchos es una pseudociencia, pero puedo asegurar que funciona y el nivel de error en cuanto a los resultados de las reacciones, es un nivel de error razonablemente bajo, lo que comporta que, entender y dar uso a la lectura del lenguaje, tanto corporal, como facial, puede sernos muy beneficioso para comprender a la persona que tenemos delante, ya sea por trabajo, por relación, o por un contacto casual, ese plus de conocimiento sobre el estado del otro, te da la ventaja de llevar la situación a un terreno más cómodo o más beneficioso para tus intereses.

Observar es una de las formas más efectivas de aprender, si observas a dos personas discutiendo acaloradamente por un partido de futbol y luego observas a otras dos discutiendo por una situación de tráfico, verás que la mayoría de gestos, de aspavientos con los brazos, gesticulación de la cara, mirada, etc, son prácticamente iguales, porque no son premeditadas, su cerebro actúa de una forma automática, donde, con mayor o menor intensidad, según el individuo, los movimientos disuasorios y de amedrentamiento son los mismos que hace miles de años usaban nuestros ancestros para los mismos fines, tanto contra animales como contra rivales para sobrevivir.

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