Simplicidad, el retrato de la belleza eterna
Capítulo XIX
Simplicidad,
el retrato de la belleza eterna
Acostumbrados
a ver, cada día más, en todos los campos de la vida, la vuelta de
tuerca de más para crear expectación, diseños cada vez más y más
complejos, rizar el rizo para cualquier cosa, ya sea en el nombre de
un plato, que es más grande que la ración que te sirven, o en
colocar hasta cinco cámaras traseras en un dispositivo móvil o
celular, obviamos que lo que perdura es lo simple, lo escueto y
directo, lo que nos transporta, sin florituras inservibles, al
mensaje que queremos recibir. Estos días, en un hilo de Instagram,
hablando con un fotógrafo “influencer”, me ha hecho mucha gracia
que, los consejos que me daba al argumentarle la falta de interés,
por ciertos sectores de empresas, por el diseño gráfico y la
gestión de las redes sociales y/o paginas web, etc, es que no
vendía bien mi producto, que debía convencer al cliente de la
necesidad de mi servicio, con estrategias, dejémoslo,
en poco éticas, vendiendo oro. Si algo me caracteriza, es mi
sinceridad para con mis posibles clientes, si puedo hacerlo, acepto
el reto, si no, simplemente digo que no, no vendo humo, el porque,
simple y claro, cualquier cambio de viento, te tira ese humo a la
cara y te ciega sin capacidad de respuesta. Que pretendo decir con
esto, que vivir de las tendencias, puede traerte momentos de gloria,
sí, pero no lo dudéis, son efímeros y tal como vienen se van.
Será
por la edad, será por lo vivido, por la educación recibida o
simplemente por mi forma de ser, tengo muy claro, que lo único que
perdura en el tiempo es lo básico y como se diría coloquialmente,
para muestra un botón, pensemos en algo que ha evolucionado mucho en
los últimos años, por sus componentes como por su diseño como son
los jeans, los encuentras de mil formas distintas, de mil colores
distintos, de mil cortes distintos, pero el tradicional, ninguna
marca ha dejado de fabricarlo y venderlo, más pudo afirmar sin miedo
a equivocarme, que el jean tradicional sigue siendo el más vendido,
el por qué, porque está basado en unas lineas que confieren
comodidad y seguridad, lineas, que su creador, confirió para que se
pudiese trabajar con ellos y a la vez fuesen cómodos para sus
trabajadores, ya que los primeros jeans se diseñaron para los
trabajadores de un aserradero por su dureza y comodidad para el
movimiento. Por mucho que busquemos un futuro lleno de innovaciones,
siempre habrá cosas que estarán marcadas por la sencillez, como he
dicho antes, esa sencillez, esa simplicidad, nos proporciona una zona
de confort, que más pronto o más tarde buscaremos.
Si
escoges a cualquier persona y le pides por
marcas reconocibles, casi seguro que sobre un noventa por ciento de
ellas, te nombrarán marcas, las cuales sus logotipos o marcas
gráficas son muy simples. Me podría hartar de decir nombres, pero
no hago publicidad, hasta las grandes redes sociales, sus logotipos
son básicos y sencillos, el por qué, otra vez erradica en lo más
básico del ser humano, la forma sencilla es la que nos cuesta menos
recordar. Entonces, lo que no entiendo, es porque nos empeñamos en
complicarnos la vida en buscar cada día herramientas más complejas
y más vistosas que útiles. Todos sabemos que la vida da muchas
vueltas, pero hay periodos que se repiten en ella como un dejavú
interminable, por mucho que nos llenemos de tecnología, seguimos
apreciando y reconociendo, aquel plato que hacia nuestra abuela, o
nuestra madre, que había más plato que nombre, pero luego a la hora
de ir a comer a algún sitio para impresionar a alguien, procuramos
acabar en un restaurante donde nos servirán platos innombrables y
llenos de vacío, eso lo único que demuestra, es que somos
complicados por naturaleza, y que lo que nos hace ser felices de
verdad, que saca esa parte de nosotros que nos devuelve a la
infancia, o que nos hace vivir momentos mágicos, nada tiene que ver
con ser complicado, sino con todo lo contrario, la felicidad es
sencilla, tan sencilla como disfrutar de lo que tengamos, todo el
tiempo que podamos, sin necesitar envidiar al vecino, o al jefe, sin
necesitar desear el escalafón superior, porque eso no nos
proporcionará más felicidad, igual más dinero, igual más caché
social, pero eso dista mucho de la felicidad, “no
es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita”,
frase
atribuida a San Agustín y que tiene de corta lo mismo que de cierta.
La sencillez en la vida, la simplicidad, nos proporcionan sosiego,
tranquilidad, nos mantienen siempre en una perspectiva sin
prejuicios, dejando contemplar todas las sendas y, otra vez,
permitiéndonos elegir la que acarreé una complicación mínima, y
por ende permitirnos volver a tomar perspectiva para seguir dando
pasos sin dar palos de ciego.
Sinceramente
creo que la vida es eso, mirar de complicársela lo menos posible y
obtendremos un tipo de belleza, una belleza simbólica, pero para mí
muy importante, que es la belleza como persona, cada día menos
valorada, y en ese tipo de vida simple, veremos
pasar a muchas estrellas fugaces, que fueron luceros y acabaron en la
más avernal oscuridad. Posiblemente nunca me haga rico con esta
forma de pensar y los que piensan como yo, igual tampoco, pero si
tendremos una vida más o menos lineal, sin altibajos que se saldan
con daños a terceros, que casi siempre son los más allegados, al
fin de cuentas, y como decía casi en el principio de este capítulo,
la simplicidad perdura, como han perdurado en su esplendor, las
formas geométricas básicas de las pirámides de Egipto, que siguen
siendo tan mágicas como el Taj Mahal, sin tener que ser más de lo
que he dicho formas geométricas, de tamaño monumental, pero
básicas.
Para
acabar, y a todos los que leáis este capítulo, os pido 5 marcas
comerciales que se os vengan a la cabeza, las cinco primeras, y es
para hacer un ejercicio de demostración, como más del 90% de
vosotros vais a decir las mismas y todas ellas son fruto de la
simplicidad, porque la simplicidad es una forma de belleza que
perdura eternamente.
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