La importancia de la mujer en la sociedad




Capítulo XVII

La importancia de la mujer en la sociedad

Estos días, con la celebración del día internacional de la mujer, día que fue aprobado por la ONU en 1975, por el motivo de conmemorar la manifestación del 8 de marzo de 1857 de las mujeres estadounidenses del sector textil para, obtener un salario más digno y una reducción de jornada, bajo el lema de “pan y rosas” y que es considerada como la primera manifestación femenina de la historia, aunque otra versión dice que conmemora una trágica masacre que hubo en una fábrica textil en Nueva York el 25 de marzo de 1911, donde murieron 123 mujeres y 23 hombres, todos ellos trabajadores de la fábrica en edades comprendidas entre los 14 y los 25 años, esta, más que nada por la disparidad de la fecha creo que lo que hizo añadir más motivos para el reconocimiento del estado precario de la mujer, tanto en el mundo laboral y social, como en el ámbito familiar. Aunque yo me inclino por la primera, por la repercusión que tuvo en la época y por la coincidencia en la fecha, sea cual fuere el motivo de la datación del día internacional de la mujer, este fue creado para recordarnos a todos el papel de la mujer en la sociedad.

Nos guste reconocerlo o no, vivimos en un patriarcado de carácter rancio y anacrónico, sin un sentido, ni practico ni funcional y, por desgracia, con unas connotaciones demasiado arraigadas que influyen de manera directa en la educación básica de las nuevas generaciones. Y vuelvo a ponerme pesado con este asunto, porque como en capítulos anteriores, aclaro que la educación corresponde única y exclusivamente al ámbito familiar, que en los colegios lo que se da es enseñanza y se intenta apoyar una educación, que si de base, no esta bien trabajada en el hogar, no podrá ser modelada en el ámbito escolar, por lo tanto, dicho y aclarado otra vez el tema de la educación básica, tenemos un grabe problema de valores en nuestra sociedad. No voy a entrar, ni quiero en lo más mínimo, en el tema del feminismo, simplemente, porque este tema no existiría si no existiese un machismo de base, con lo cual, “muerto el perro se acabo la rabia”, o lo que es lo mismo, sin un patriarcado uniteralista y menospreciante al género femenino, este no se vería en la necesidad constante de reivindicarse y exigir la equidad para con sus iguales del género masculino. Escribo equidad en negrita, porque me gustaría aclarar términos, dejar claro, que la igualdad entre hombres y mujeres es físicamente imposible, que la igualdad en los ámbitos laborales también está mal interpretada, porque lo que se busca no es igualar sino equiparar, sueldos con funciones, oportunidades, miembros en puestos de mando, etc. Digo esto porque ofrecer una igualdad no asegura un trato exactamente igual, pondré un ejemplo gráfico sobre porque se tiene que equiparar y no igualar: tenemos un muro de 2,5m y tres individuos; el primero mide 1,70m, el segundo 1,60m y el tercero, 1,85m. Para que puedan ver por encima del muro, les vamos a dar unas escaleras de 80cm, eso es igualdad, pero si hacemos eso, tan solo el tercer individuo superará el muro y tan solo él tendrá la oportunidad de ver lo que pasa al otro lado de ese muro. En cambio si buscamos escaleras equiparadas con la falta de altura de cada individuo todos tendrán la oportunidad de ver por encima del muro, por eso hablo de equidad y no de igualdad, con un ejemplo más personal, os lo puedo explicar en un ámbito especifico, como es el laboral. En un trabajo que tuve, a la dirección de la empresa, sin ninguna mala intención, sino más bien lo contrario, decidió igualar salarios entre personal femenino y personal masculino, hasta aquí, es lo que pido yo siempre, que se cobre igual por un mismo trabajo seas del sexo que seas. El problema, es que no tuvieron en cuenta, que el trabajo realizado no era el mismo, ya que, ni en riesgos, ni en responsabilidades, ni en horas, se asemejaban, entonces, el problema se reprodujo a la inversa, ya que se había optado por la discriminación positiva y no por la equiparación de salarios. Lo más notorio de todo esto, es que el apoyo más grande que tuvimos a la hora de exponerlo a la empresa, fueron las mismas trabajadoras.

Todo este razonamiento, que parece que no lleva a ningún lado, es para argumentar la necesidad que tenemos de tratar de equiparar todo lo referente a la brecha entre géneros, ya que la mujer juega un papel muy importante en nuestra sociedad, de hecho diría sin ningún temor a equivocarme, que mucho más que el hombre, tan solo tenemos que pensar que el momento más feliz de un hombre, en verdad de una pareja, viene precedido por, un momento de extremo dolor para la mujer, me estoy refiriendo claramente al nacimiento de un/a bebe. Yo, he tenido la inmensa suerte de poder asistir al parto de mi hija, con diferencia, es el momento con más mezcla de sentimientos que he sentido en mi vida, de hecho os diría que sude más yo que mi mujer, porque acabe empapado. Pero nunca en la vida se me va a olvidar, la mano de mi mujer apretándome la mía mientras nuestra hija se asomaba al mundo exterior, dejando atrás el refugio del interior de su madre. Ya tan solo por esto, deberíamos tener conciencia de la importancia de la mujer, pero no es en lo único, por norma, son más responsable, pacientes y sinceras, suelen tener una mejor capacidad de aprendizaje, o sea, si se les dan las mismas oportunidades, van a destacar mucho más, por media, que los hombres. De cada vez, sabemos que hay más científicas implicadas en descubrimientos que se antojan como muy importantes para un futuro próximo, eso sin mencionar, a las pioneras que, muchas de ellas, a la sombra de sus maridos, fueron cimentando la importancia en el campo de la ciencia de la mujer.

Creo sinceramente, que la sociedad necesita un cambio drástico, en cuanto a la valoración del papel de la mujer. Ya no es solo la esposa, la madre, la ama de casa, es la profesora, la enfermera (este trabajo da para un capitulo entero), la doctora, la escritora, la mecánico, la científica, la presidenta, la reina, etc, ya debemos de dejar nuestros perjuicios en cuanto a la mujer se refiere. Su validez en ámbitos antes reservados exclusivamente para hombres, está más que demostrada, no creo que tengan que demostrar nada mas, de hecho, creo que se equivocan muchas veces, queriendo demostrar que son iguales a los hombres, porque acaban cometiendo los mismos errores que ellos. Sí, somos distintos, menos mal, pero eso no significa que debamos tener un trato peyorativo, o de menosprecio de unos a otros, espero que algún día no muy lejano, esta necesidad de dominación de la testosterona, se acabe y podamos compartir los éxitos de unos y otros, al mismo tiempo que remediar los fracasos de unos y otros. Sin el avance de la mujer en todos los campos en el pasado siglo, no tendríamos ni la mitad de los avances conseguidos y que disfrutamos hoy en día, porque la mujer, le pese a quien le pese, es un pilar básico en nuestra sociedad y quien quiera negarlo, tiene un problema de ceguera histórica muy grande.

Este capítulo va dedicado a todas esas mujeres que han perdido la vida por la violencia machista, a las que sufren malos tratos, ya sean físicos como psicológicos, a las madres que sacan a sus hijos adelante sin ayuda de unos padres totalmente despreocupados. Que sepan tanto ellas como sus familias, que no hay día que no se las recuerde. NI UNA MÁS.”

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