La superación como método de vida
Capítulo XII
La
superación como método de vida
Las
diferentes complicaciones que nos encontramos diariamente son,
indudablemente, una constante unida al ciclo de la vida. Si nos
detenemos un sólo instante a pensar, las contrariedades de la vida
de un ser humano comienzan en el mismo instante que se consuma el
acto de procreación, de millones de individuos que invaden la
cavidad donde se gesta la maravilla de la creación, tan solo unos
pocos, llegarán a su destino y, normalmente, únicamente uno será
capaz de fecundar el universo que representa el óvulo. Me refiero a
un universo, porque si lo meditamos
bien, de la nada de su interior, al ser fecundado, se van
multiplicando enésimas
veces las células hasta formar, en el caso que nos compete, un ser
humano. Por lo tanto,
ya en nuestro ADN queda registrado tanto el instinto de supervivencia
como el de superación, que durante nuestra vida se convertirán en
una constante con más o menos relevancia según el individuo, ya que
también, ambos dependen del medio, el entorno, y las situaciones que
nos presente la vida, para evolucionar o quedar estancados y casi
olvidados en el registro molecular de nuestro ADN.
Uno
de los condicionantes que más nos van a marcar, es el entorno. Como
ejemplo, podríamos poner a dos gemelos idénticos, uno criado en un
entorno de austeridad y
el otro en un entorno de lleno de lujos. El primero, para poder
conseguir un nivel de vida acomodado, deberá agudizar sus instintos
de supervivencia y superación, además del ingenio y la perspicacia,
para poder moverse en un entorno muy superior que en el que fue
criado. El segundo, por
el contrario, no le es una necesidad el estimular esos instintos,
puesto que su situación y su entorno, le permiten la tranquilidad de
poder acceder a formación académica de cierto nivel, otra cosa es
el esfuerzo académico que tenga que poner para poder licenciarse o
doctorarse, pero la parte del camino más complicada, la económica,
la tiene relativamente cubierta. Entonces, tenemos a dos personas
genéticamente idénticas que, por su diferencia de clase social, han
evolucionado diferentemente unos instintos esenciales en la vida del
ser humano.
Dejando
de lado el ejemplo gráfico que he usado, cualquier variante en
nuestro camino, nos retará a poner más o menos énfasis en el afán
de superar nuestros limites. El deporte, la formación, el trabajo,
los negocios, todos ellos son insostenibles sin un ansia sana por la
mejora constante, por buscar el romper el límite anterior y
evolucionar hacia una versión cada vez más eficaz de nosotros
mismos. En cualquiera
de estos cuatro ejemplos y en muchos más en la vida, quedar atrapado
en las largas ramas de la monotonía y la desidia, conllevan al
estancamiento o directamente al retroceso tanto en resultados
factibles como en el estado de ánimo de la persona. El mundo
moderno, en muchos aspectos, pero sobre todo en el laboral, nos
invita a la inmovilidad, a no tomar riesgos “innecesarios” para
conseguir metas más elevadas, o a seguir caminos que nada tienen que
ver con la efectividad de nuestro trabajo, sino más bien, con malas
prácticas de la ética y la moral, que suelen ofrecerse a gente
intelectualmente poco agraciada, pero sin mucho escrúpulos, con tal
de tener el rebaño bajo control y mantener la
quietud en las mentes más despiertas. Creo que no seré el único
que se ha encontrado con ese jefe que apenas sabe ni escribir su
nombre, no tiene ni la más remota idea de como funcionan, en mi
caso, los márgenes de ventas, pero dirige un departamento que mueve
una cantidad ingente de dinero. Ese uso de elementos así, tiene dos
funciones muy claras, la
primera, son personas
que por su sentido de inferioridad, son obsesivamente
controladoras con los
subordinados y totalmente maleables por sus superiores
y la segunda,
influir incisivamente
en ánimo, o más bien en el desánimo, de aquellos que ofrecen ideas
innovadoras o distintas, a las que la gerencia o la dirección de esa
empresa no aprueba o esta en desacuerdo, porque dejarían de tener el
modelo que, antaño,
les llevo a crecer, aunque las nuevas propuestas sean modelos mucho
más efectivos, o simplemente, porque darían una sensación de
debilidad y acabarían con los estatus de “opresor/subordinado”,
en los que están basados muchos modelos empresariales.
Pero
esta parrafada sobre el ejemplo del trabajo, la podemos aplicar a la
política y a su efecto sobre los ciudadanos, ya que la política
consumista se trata de esto, colocar a ineptos en cargos relevantes
para tener controlados a los que sí pueden mover ficha. Lo
encontramos en cada momento, los currículos de nuestros políticos
están, en la gran mayoría, dopados con esteroides, o
si lo preferís, sumamente inflados, para ser ese jefe del que os
hablaba antes, sumiso con el que maneja los hilos e implacable con
los títeres que representamos la función del día a día.
La
respuesta a todo esto, nuestra respuesta, debe de ser dejar el
conservacionismo inútil en el que vivimos y tomar como método de
vida la superación. Siempre intentar dar un paso más que el día
anterior, avanzar siempre pensando y respetando nuestras
convicciones, doblegar las barreras que se nos imponen para tenernos
como simples borregos, huir de las excusas de los, mañana será otro
día, o los, si los otros no lo hacen, porque lo debo hacer yo, esto
es precisamente lo que te lleva al sedentarismo, a
buscar las tablas continuamente en la partida de ajedrez que es
nuestra vida, tan solo por el mero heno de no perder. Siempre, pero
siempre, para ganar algo, perderás algo, es un balance ineludible,
para ganar un trabajo, perderás horas con tu familia, con tus
amigos, para ganar más dinero, perderás horas de sueño, salud,
todo en esta vida tiene su precio, todo también tiene su beneficio,
podríamos hablar del yin y el yang, pero la superación nos permite
avanzar con un equilibrio más controlado, o al menos que el control
de ese equilibrio lo decidamos nosotros. Cada vez que vas superándote
a ti mismo, el crédito
que dejas en la balanza varía menos que el
rédito que consigues por ello, o en otro de los casos, aunque el
crédito de la balanza crezca a corto plazo, a largo plazo queda
anulado y superado por el rédito que consigues, en ejemplos
prácticos, el primer caso sería un trabajador que trabaja duro pero
consigue muchos más ingresos y así puede vivir más holgadamente y
el segundo de los casos sería, el de otro trabajador que lo que hace
es invertir mucho más tiempo en formarse en el área de su trabajo
para conseguir un puesto más alto y así a la larga poder dedicar
mucho más tiempo a quien se lo había dejado de dedicar.
He
usado ejemplos simples, los que todos entendemos, porque los vivimos
día a día, pero no quiero cerrar este capítulo sin mencionar a los
ejemplos de superación más claros de nuestra sociedad, los
discapacitados, los
afectados por alguna de las mal llamadas enfermedades “raras”,
personas con malformaciones, o con síndromes que muchos,
equivocadamente confunden con enfermedades, personas mutiladas por
accidentes, enfermedades o por artefactos bélicos, que hacen, en su
día a día, de la superación un verdadero método de vida, los que
celebran, cada pequeño detalle, como una gran victoria, los que
desde la humildad, agradecen que se les permita integrarse y
demostrar de lo que son capaces. Igual me he subido mucho por las
ramas para terminar con este breve párrafo, pero como todo en la
vida, tiene una explicación lógica, cuando a alguien quieres
explicarle de una forma clara algo tan complejo como es la superación
diaria de estas personas, que yo diría mejor, de estos héroes
anónimos, pretendiendo
que lo asimile, hay que comenzar por lo más básico, eso nos lleva a
lo cotidiano y por desgracia, no es lo más cotidiano la interacción
de estos héroes con las personas “normales”. Este capítulo no
tiene ningún sentido sin ellos, sin ellos ni sin sus educadores y
cuidadores, personas que hacen de la superación su profesión, de
los pequeños retos, aventuras alucinantes para que se sientan
grandes al superarlos, por eso, este capítulo va dedicado a todos
estos superhéroes disfrazados de personas con alguna diferencia a
nosotros, y a los que, leyéndolo, tomen consciencia y cuando tengan
una barrera, no se quejen y maldigan, sino que se esfuercen para
superarla como lo hacen estas personas gigantes de empeño.
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