Camino hacia la pobreza intelectual
Capítulo XXX
Camino
hacia la pobreza intelectual
Llegados
a este punto del libro, habréis notado mi insistencia en ahondar
continuamente, en la relación que hay entre el abuso de poder y la
falta de información, o mejor dicho, la intención de
desinformación, de dichos poderes para con la ciudadanía. La
necesidad continua de sublevación del pueblo, que tienen tanto
poderes políticos como económicos, se va acrecentando de forma,
directamente proporcional, a la evolución de las tecnologías y a la
capacidad de la libre circulación de la información a través de la
red de redes. Ya hemos podido ver vetos a la red en dictaduras como
la de Cuba, Corea del Norte, China, esta última vetando más las
redes sociales y creando unas totalmente alternativas, para que no
trascienda tanto como se ve su situación desde el exterior, y por
último, el aviso más que factible de la creación de una red propia
en Rusia y la desconexión de la WWW o red mundial.
Los
intereses de todo este trajín, no son más, que el control y la
adulteración de la información en beneficio del poder de turno.
Pero
dejando a un lado intereses meramente ideológicos o políticos, la
desinformación en las redes, cada vez es más generalizada, ya sea
con la inducción sugestiva a visitar contenidos sin ningún fondo, o
directamente, y en este caso más deliberadamente, con la toma de
control por parte de los buscadores, o mejor dicho, el buscador por
excelencia, Google, del posicionamiento de las búsquedas, que sin
ningún tipo de escrúpulos, posiciona búsquedas por intereses
únicamente comerciales. Si bien es cierto que los contenidos “Wiki”,
contenidos editados directamente desde el navegador, que son creados,
modificados y corregidos, por los mismos usuarios, han dado una
herramienta útil para la búsqueda de información de interés,
tampoco faltan en esas páginas, errores y adulteraciones creadas,
exproceso para
confundir, y crear un conocimiento incorrecto sobre los contenidos
que buscamos.
La
guinda de este pastel de la baja calidad informativa son, las
tristemente famosas, Fake News, noticias falsas que se extienden por
la red, y más en concreto, por las redes sociales, para crear caos y
un posicionamiento indebido de los usuarios a ciertos temas,
manipulando, omitiendo o simplemente, inventando toda clase de
falacias, no sin un interés concreto detrás de ellas, sino todo lo
contrario, para cambiar totalmente la forma de pensar y actuar de las
personas, que por su bajo conocimiento del manejo de la información
de los usuarios de las redes sociales, se ven abrumados por sus
mentiras. Muchos podréis pensar de mí al leer que cito, el bajo
conocimiento de la información de los usuarios de las redes
sociales, que puedo ser pedante, pero pensad un poco y os daréis
cuenta que no. Como puedo entender, que la poca gente que leerá este
libroblog, tiene ciertas inquietudes, si os fijáis bien en el
movimiento de noticias en las redes sociales y luego las comparáis
con las noticias publicadas en distintos medios de prestigio, no os
va a ser muy difícil percataros, que nada esta más lejos de la
realidad. Además el nivel más alto de desinformación por falta de
conocimiento del movimiento de la información, se
da en casos de sensibilidad elevada, o sea, noticias que pueden
afectar o afectan mucho y muy directamente a la gente, que al no
saberse engañada, reacciona comentando y compartiendo si verificar,
bulos que acaban cobrándose víctimas, en el peor de los casos. He
usado el término “movimiento de la información”, porque la
información cuenta con unos movimiento muy marcados, que si no se
siguen deberían de, como mínimo, darnos la voz de alarma en cuanto
a su veracidad.
El
primero de ellos es, la fuente, que persona, personas, o agencia,
proporcionan dicha información. Este paso es primordial, ya que si
nos fijamos en cualquier diario de tirada nacional, cuando la
información no es in situ y/o de primera persona, o sea una
entrevista directa a la persona noticiable, veremos que agencia
proporciona dicha noticia, un ejemplo EFE.
El
segundo paso, es un poco más subjetivo en cuanto a la creación,
pero no en cuanto a la hora de verificar su veracidad, que es el
cuerpo de la noticia. El cuerpo de la noticia nos puede hablar de la
tendencia política, del interés general, o de la ideología del
redactor o del mismo medio, pero si comparamos diversos medios, al
margen de dichas
puntualizaciones, encontraremos un hilo coherente, el cual en una
Fake New, no estará presente, porque su cometido es causar impacto y
la coherencia informativa no causa impacto.
El
último paso, este si creo que ya somos muy pocos los que nos da por
comprobarlo, es el historial. El historial, no es más que la reunión
de distintos artículos publicados por un medio, o una persona, para
poder comprobar, y creedme, con solo ver los titulares, el nivel
informativo de dicho medio o persona. El nivel informativo nos marca,
tanto la rigurosidad en sus verificaciones, como la contextualidad y
el uso de la información.
Viendo
esto, os podéis dar cuenta de que, muy pocos usuarios, por no decir
casi ninguno, tiene conocimiento de la información que esta
compartiendo, comentando o valorando con los distintos “me gusta”,
“me encanta”, etc, proporcionando así un huésped perfecto para
la propagación de esta pandemia. También hay que decir, que las
distintas redes sociales, no hacen gran cosa para proteger a los
usuarios de dichas Fake News, ya que si intentas denunciarlos, nunca
encuentran razón para banear sus publicaciones, viendo, y hablo por
un caso propio, como una denuncia por enaltecimiento del odio
xenófobo, queda
absolutamente en nada, la única respuesta, que si no me gustaba el
contenido de ese usuario bloquease su cuenta en mi muro. Como bien
pensaréis, ese artículo era de interés para ciertas personas,
digamos que, con un poco más de relevancia que la de un simple peón
como es un servidor.
Toda
esta inhabilitación de los recursos de una información limpia,
añadido a la, cada vez más preocupante, desertización que sufren
bibliotecas y librerías, las cuales se usan, unas para usar el wifi
gratis, y las otras para comprar las revistas de prensa amarilla o de
deporte, hacen que cada vez sean menos las personas con inquietudes
informativas, con interés por saber y que por lo tanto, el camino a
la pobreza intelectual, vuelva a esta abierto, cuando todo hacía
pensar lo contrario hace unos años, al abrirse las puertas de la
información infinita de la red de redes.
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