Esencia del pensamiento libre



CAPÍTULO I

La esencia del pensamiento libre.

En la era en que vivimos, estamos supeditados en gran medida por el exceso de información, a menudo, contaminada o distorsionada. Nos vemos adoctrinados, inducidos, influenciados hacia unas tendencias que, pretenden condicionando nuestra vida, quitarnos el timón de nuestras decisiones.

Las generaciones de la tecnología, están dejando para unos pocos privilegiados, el pensamiento, los llamados, o bajo mi parecer, mal llamados “influencers”, personas que, a través de los canales de redes sociales, conforman el pensamiento de los seguidores, influenciando por completo, su forma de vivir. La pasividad del ser humano ante la avalancha de información es algo que va contra natura, ya que desde el principio de los tiempos, ha sido el único ser vivo que ha sabido, no tan sólo evolucionar sino hasta a veces, anticiparse a los posibles cambios que se le han presentado.

Todo y con esto, hay una ola de nuevos pensadores, gente de mente inquieta que no pretende ceder ante tendencias, intoxicación informativa de la gran mayoría de medios o simplemente dedicarse a usar las citas de grandes pensadores para rellenar sus post de las redes sociales. Estos, no se dedican a filosofar, a dar sermones, sino a cuestionar todo, a discurrir sin ánimo de crear ningún tipo de tendencia, ni siquiera, intentar crear, lo que se suele llamar, escuela.

Tener libertad para dejar escapar lo que tu mente va acumulando con el tiempo y conseguir darle un sentido, no es nada fácil, los bombardeos constantes a que nos vemos sometidos condicionan mucho y, la verdad, complican la visión imparcial y totalmente personal del mundo, para poder hacer unas crónicas de calidad y con la mayor veracidad posible. La gestión de los sentimientos, es otro escollo al que hay que superar, ya que si el tema a tratar puede ser sensible, es fácil dejarse llevar por dichos sentimientos y no dejar salir el pensamiento de una forma fluida y sincera. Se comprende que cada persona verá un acontecimiento de distinta forma y que tendrá una opinión distinta, pero quien logra abstraerse de cualquier condicionante para poder escribir sobre ello, seguro cobrará una cierta credibilidad, con sus críticas que, muchas veces serán ofensivas. Pero de eso se trata, de las críticas, de la gestión inteligente de los comentarios negativos que recibimos, eso nos hará mejorar y perfeccionar la forma de comunicar lo que surge en nuestra mente, también puede hacernos generar mucha más motivación para seguir trabajando en la, poco valorada, difusión de conocimientos. Me refiero a conocimientos, porque las experiencias de la vida ya son en si una fuente de conocimientos, no hace falta tener ningún Máster, ninguna carrera, porque lo que la vida te va enseñando, ningún libro lo tiene en su contenido, ningún gran pensador griego puede hablar sobre tus vivencias porque son tuyas, pero si compartir las vivencias puede servir de motivación o hasta de ayuda a otros, con lo cual, sirve a la vez para auto-motivarte.

Pensar, algo totalmente inconsciente, porque lo hacemos sin ni siquiera darnos cuenta, que es innato, pero que muchas veces parece que es algo harto complicado, solo hace falta dar un vistazo por algunos posts en las redes sociales, para ver que hay mucha gente que le cuesta pensar lo que escribe, pero la cosa se pone aún más interesante, cuando la pretensión es la de escribir lo que piensan. Lees incongruencias que hacen estremecer, frases dignas de cierto ex-mandatario, que cuanto menos, resultan cómicas, sin mencionar las que son de mal gusto o directamente soeces. Si tenemos en cuenta que la Real Academia de la Lengua Española acoge en su seno la nada despreciable cantidad de más de 90.000 palabras, más de 190.000 acepciones, 19.000 americanismos, de la cual, las nuevas generaciones usan una media de 300 palabras, podremos darnos cuenta de la pobreza léxica que tiene la gran mayoría para expresar tanto lo que piensan como lo que sienten. Por eso plasmar en la extensión necesaria la complejidad que conlleva un pensamiento o un sentimiento, comienza a ser algo de lectura monótona y recurrente.

Liberar el pensamiento para poder tener el gusto de expresarlo claramente, es otro de los hándicap con los que nos encontramos, ya sea por toda la sobreinformación o por, como ya he comentado antes, la intoxicación mediática a la que nos vemos sometidos por intereses tanto institucionales como privados, por todo ello, buscar la abstracción total de esos ruidos ambientales para poder enfrentar un artículo con las garantías de hacerlo desde la solidez de lo que tu experiencia y tu punto de vista sobre cualquier tema genera, poniéndolo a la valoración del público y sin estar supeditado a las críticas destructivas que puedes recibir, es el camino que invito a tomar a todo aquel que crea que puede aportar parte de su vida para, sino ayudar directamente, si dar otro punto de vista a los demás.

En eso reside la esencia del pensamiento libre, en no dejar que los demás intercedan en tu forma de ver las cosas, si se puede y se debe tomar en cuenta toda crítica constructiva, que pueda aportar otro enfoque, siempre que esas críticas suelen ser expuestas por otras personas que les interesa expresar sus pareceres poniendo, muchas veces, en duda los conocimientos o las experiencias a las que puedas referirte. Todo ese intercambio de opiniones y/o experiencias, no hacen más que enriquecer la capacidad de comunicación, nuestro interés por el intercambio de experiencias y por lo tanto, la capacidad de crear con más calidad temas atractivos para los demás. Cuando comienza la interacción con los lectores y a tu vez te conviertes en el lector de los comentarios para reflexionar o para debatir, creas un vinculo, el cual, se puede acrecentar porque, sin duda quien ofrece los entresijos de su mente para que puedan ser desollados y lo que recibe es una compensación en modo de rectificaciones, reacondicionamientos o hasta incluso apoyos, se ofrece con más ganas a quienes quieren seguir y que sus soliloquios se conviertan en un debate abierto y generen todo tipo de comentarios. La traslación de todo pensamiento a un escrito no es un reto, sino una forma de expresión, la seguridad de que lo relatado pueda llamar la atención, es nula, pero lo que nunca debe ser nulo, es la ilusión por crear, de ofrecer cuanto se desea ofrecer a los demás sin la necesidad de recibir más que simples críticas y comentarios ya que en el preciso instante que tus pretensiones pasen por agradar, por buscar la aprobación de los demás, dejarás de usar tu mente libremente y pasarás a a depender de dicho beneplácito para comenzar a vomitar contenido sin ningún sentido, ni semántico, ni personal, dejando de ser un pensamiento libre para comenzar a ser algo vacío y sin ningún valor más que el de recibir “LIKES” o “SHARES”.

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